|
Edificio dedicado a la deidad madre azteca Xochiquetzal, ‘diosa de las
flores’, en cuyo honor se celebraban grandes fiestas, sobre todo en primavera.
|
En el momento de las primeras
conquistas españolas, los pueblos indígenas de México formaban parte de los
dominios del Imperio Azteca, de los
reinos y señoríos Mixtecos en el actual estado de Puebla y de los Tarascanos en el estado de Michoacán, así como de los Zapotecas en Oaxaca,
los Tlaxcaltecas de
Tlaxcala, los Otomíes en Hidalgo,
los Totonacas en Veracruz,
los supervivientes del estado maya de Mayapán en Yucatán y grupos menores de
filiación Mayense en el sur, además de otros grupos
independientes en las regiones fronterizas, como los Yaquis,Huicholes y Tarahumaras en el
norte de México.
Tras la conquista española —que tardó más de dos siglos en
abarcar a todo México— la mayoría de los grupos indígenas se vio obligada a
sobrevivir como campesinos gobernados por la clase alta hispano-mexicana.
|
Las máscaras cumplen un papel importante en los rituales y la cultura de
muchas comunidades indígenas de América. Esta máscara de falsa cara de los
iroqueses ha sido tallada en la madera de un árbol vivo. Sin embargo, los
iroqueses también son conocidos por sus máscaras realizadas con mazorcas de
maíz. |
El área cultural de Mesoamérica —México, Guatemala, El Salvador, la parte occidental de Honduras y de Nicaragua— destacaba por su carácter
agrícola, abasteciendo a los mercados de las grandes ciudades en las que los
comerciantes traficaban con utensilios, vestidos y artículos de lujo importados
a través de las lejanas rutas terrestres y marítimas. En las ciudades vivían
los artesanos y los trabajadores, los mercaderes, la clase opulenta, así como
los sacerdotes y eruditos que registraban las obras literarias, históricas y
científicas en textos jeroglíficos (la astronomía estaba especialmente
desarrollada. Las ciudades se decoraban con esculturas y vistosas pinturas, que
representaban los símbolos mesoamericanos del poder y el saber: el águila, el jaguar y la serpiente.
Sudamérica
|
Sudamérica |
Las áreas culturales de
Sudamérica abarcan desde la parte inferior de Centroamérica —el este de
Honduras,Nicaragua y Costa Rica— hasta el extremo meridional de América del Sur. Cabe distinguir cuatro áreas principales:
1-La parte norte de Sudamérica y el Caribe:
El área cultural de la parte norte de Sudamérica y el
Caribe incluye tierras bajas de selva, sabanas cubiertas de hierba, la parte
septentrional de la cordillera de los Andes, algunos territorios áridos del
oeste de Ecuador y las islas del Caribe. Debido a su ubicación geográfica, la
región podría prestarse a servir de vínculo entre las grandes civilizaciones de
México y Perú, pero por la dificultad que entrañan los desplazamientos por
tierra a través de la selva y las montañas de la parte baja de Centroamérica,
los contactos precolombinos entre Perú y México se desarrollaron sobre todo por
mar, desde el golfo de Guayaquil en Ecuador hasta los puertos occidentales de
México.
Los pueblos indígenas de la parte norte de Sudamérica y el Caribe
vivían en pequeños estados independientes. Aunque comerciaban directamente con
México y Perú a través de Ecuador, estos grandes imperios nunca entraron en
contacto con ellos.
Los hallazgos de puntas de
flecha tipo clovis indican la presencia de cazadores en la zona ya en el
9000 a.C.; otros testimonios sugieren que en la zona septentrional ya
existían habitantes hacia el 18000 a.C. El estilo arcaico de vida se
prolongó desde los tiempos de la desaparición de los mastodontes y los mamuts,
en el periodo Clovis, hasta el 3000 a.C. aproximadamente. En esta época,
los moradores de los poblados desarrollaron el cultivo del maíz en Ecuador y de
la mandioca en Venezuela, además de que prosperó la alfarería. Con fecha
posterior fueron colonizadas por primera vez las islas del Caribe.
Hacia el
500 a.C., en las ciudades de algunas áreas del norte de Sudamérica
aparecieron estilos locales específicos de escultura y metalistería. El
crecimiento de la población y el progreso tecnológico prosiguieron hasta que
los españoles conquistaron esta región; por entonces, los reinos Chibchas de Colombia ya eran célebres por su exquisita artesanía
en oro. En el entorno del mar Caribe, los pequeños grupos como los Misquitos de Nicaragua, los cunas de Panamá y los Arahuacos y Caribes de las islas se
dedicaban a la agricultura y la pesca en las proximidades de sus poblados; los Caribes también vivían a lo largo de la costa de Venezuela. Estos pueblos
practicaban un estilo de vida más sencillo que el de los pueblos de los estados
septentrionales andinos.
2- Andes Centrales y Meridionales: La cordillera de los Andes,
que se extiende por toda la mitad occidental de Sudamérica, junto con los
angostos valles costeros entre las montañas y el océano Pacífico, constituyeron
el territorio de una de las grandes civilizaciones del continente.
En tiempos recientes, las
excavaciones del yacimiento del Monte Verde en el sur
de Chile han proporcionado
pruebas irrefutables de la existencia humana ya por el 13000 a.C. Algunas excavaciones algo más al norte, en Perú, revelan que hacia el
700 a.C. se cultivaban frijol y ají. Algunos siglos más tarde se produjo
la domesticación de las llamas. A veces se criaban cobayas o cuyes como
alimento comestible; el algodón, la papa, el maní y otros alimentos se fueron
incorporando a la agricultura peruana, y hacia el 2000 a.C. se introdujo
el maíz procedente de los Andes septentrionales.
Los pueblos de la costa del
Pacífico, Chile, Perú y Ecuador, también supieron aprovechar la riqueza marina,
con su abundancia de especies, así como las aves acuáticas, las morsas, los delfines
y los crustáceos .
Después del año 2000 a.C.
los pueblos asentados en los diferentes valles costeros del Perú central se
aliaron para construir grandes templos de piedra y adobe sobre enormes
plataformas. Después del 900 a.C. estos templos se destinaron a una nueva
religión, centrada en la ciudad de Chavín de Huantar.
Esta religión tenía como símbolos el águila, el jaguar, la serpiente
(probablemente una anaconda) y el caimán, que simbolizaba el agua y la
fertilidad de las plantas. Estos símbolos son en cierta forma análogos a los de
las religiones de México, pero no se conoce ningún vínculo concreto entre ambas
culturas. Después del 300 a.C. comenzó a declinar la influencia de Chavín,
o posiblemente su dominio político.
Surgió así la Cultura Mochica en la costa septentrional de Perú y la Nazca en la costa sur. Ambas dieron lugar a la construcción de grandes
proyectos de regadío, ciudades y templos, desarrollándose un comercio intenso
que incluía la exportación de cerámica fina. Los moches o mochicas
representaron su vida cotidiana y sus mitos en pinturas y en esculturas
cerámicas; se retrataban como feroces guerreros y también fabricaron esculturas
de cerámica modelada que figuraban viviendas con familias, plantas cultivadas,
pescadores e incluso parejas de amantes. También eran diestros trabajadores del
metal.
Hacia el 600 d.C. las
Culturas Moche y Nazca desaparecieron y surgieron dos nuevos estados poderosos en Perú:Huari en las montañas centrales y Tiahuanaco en las montañas meridionales del lago Titicaca. Tiahuanaco fue un gran centro religioso que hizo resurgir los símbolos de Chavín,
pero ambos estados duraron pocos siglos. A partir del siglo XI volvieron a
adquirir importancia los estados costeros, especialmente Chimú en el norte, con su amplia y esplendorosa ciudad capital Chanchán,
construida de adobe y piedra. Todo Perú llegó a estar dominado por un estado
que nació en las montañas centrales en Cuzco; era el Estado Quechua, pueblo que pasó a ser el
componente más poderoso del Imperio inca.
El emperador inca de aquella época, Pachacutec Inca Yupanqui, inició la expansión
de su Imperio en el siglo XV; hacia 1525, los Incas dominaban desde Ecuador hasta Chile y Argentina. Entre 1525 y
1532 se desencadenó una guerra civil en su seno y a su término desembarcó en
Perú el conquistador español Francisco Pizarro, que apenas tuvo dificultades
para conquistar el devastado Imperio inca.
Durante este periodo, las partes
central y meridional de los Andes estaban habitadas por campesinos que
cultivaban diversas plantas. Los productos locales, transportados en caravanas
de llamas, se exportaban y se intercambiaban hacia la costa, las montañas y la
selva tropical oriental.
Los reinos de esta región estaban gobernados por
administradores auxiliados por soldados y sacerdotes. Los peruanos carecían de
lenguaje escrito, pero utilizaban el ábaco para sus cálculos aritméticos, y
llevaban un registro numérico de carácter administrativo con ayuda de unos
collares anudados, parecidos a los ábacos, denominados quipus.
|
Dado que la compleja organización de su sociedad necesitaba llevar a
cabo inventarios de las tropas, suministros y población, los incas crearon los
llamados quipus, los cuales, como el que aparece en esta fotografía, eran
juegos de cintas anudados según un sistema codificado que permitía llevar la
contabilidad de lo registrado.
|
|
En las selvas de América del Sur no se han desarrollado importantes
núcleos de población debido a las adversas condiciones del entorno. Es por ello
que los grupos indígenas se asientan en las orillas de los ríos para
abastecerse, buscar alimento y cultivar algunas especies. El pueblo yanomami,
uno de los más importantes, vive en la actualidad en el corazón de la selva
amazónica.
|
3- Selva Tropical: Se cree que los territorios
bajas de la selva en el este de Sudamérica fueron colonizados después del año
3000 a.C., ya que los arqueólogos no han encontrado rastros de pueblos
anteriores. La población siempre fue relativamente escasa, concentrada en las orillas
de los ríos, de donde obtenían sus alimentos y plantaban diversos cultivos,
incluidas algunas plantas alucinógenas para celebrar sus ceremonias religiosas,
que además exportaban hacia el Perú. Aunque cazaban animales como los tapires y
los monos, la selva protegía a muy pocas especies. No había grandes ciudades y
la gente vivía en poblados de chozas. Apenas llevaban vestimenta, debido al
calor húmedo, pero tejían telas de algodón y se adornaban con pinturas
corporales.
Entre la multitud de pequeños grupos del área cultural de la selva
tropical se encuentran los Makiritares, Yanomamis, Bororós, Botocudos, Tapuyas, Mundurucus,Tupinambás, Shipibos y Cayapós. En la parte
septentrional de la selva tropical habitan algunos grupos de lenguaArahuaca y Caribe. Aunque los
grupos de la selva tropical hoy conservan gran parte de su tradicional forma de
vida, padecen enfermedades importadas por los europeos, así como la destrucción
de su territorio por parte de los granjeros, madereros, mineros y empresas de
explotación agrícola.
|
Imagen de la célebre cueva de las Manos Pintadas, situada en las
proximidades del río Pinturas, perteneciente al sector septentrional
cordillerano de la provincia de Santa Cruz. En las paredes de la cueva se
suceden primitivas pinturas de manos recortadas en positivo y en negativo,
guanacos y figuras humanas y geométricas realizadas por los moradores
prehispánicos de la región patagónica.
|
4- Sudamérica Meridional: En Uruguay, Argentina y Chile, los
pueblos agrícolas como los Mapuches del grupoAraucano de Chile, aún viven en
poblados y cultivan maíz, papas o patatas y cereales. Aunque en tiempos criaban
llamas, tras la invasión española empezaron a domesticar otro tipo de animales
como vacas, ovejas, cerdos y gallinas, además de utilizar los caballos para
pastorear y para la guerra. Más al sur, en la Pampa, no resultaba posible
practicar la agricultura, por lo que los habitantes de esta región vivían de la
caza del guanaco y ñandú y, en las costas, de la pesca y la recolección de
crustáceos.
En el archipiélago de Tierra del Fuego se han descubierto
utensilios para la caza y recolección que se remontan al 7000 a.C. En la
Patagonia, la caza sufrió una gran transformación cuando apareció el caballo
traído por los españoles a mediados del siglo XVI. Los tehuelches cazaban
guanacos a caballo y, al igual que los pueblos de las Grandes Llanuras de
Norteamérica, una vez que dispusieron de caballos para el transporte,
construyeron viviendas mayores y les surgió la necesidad de abastecerse de
otros artículos. Más al sur todavía, cerca del estrecho de Magallanes, los
grupos Ona y Alacalufe carecían de la caza existente en el norte;
sobrevivían a base de pescado y crustáceos, pero también cazaban focas y
morsas.
Como pueblos nómadas, vivían en pequeñas viviendas cónicas cubiertas
con pieles de guanaco. A pesar del clima frío y brumoso, iban casi desnudos.
Parece ser que la vida en Tierra del Fuego apenas sufrió alteración a lo largo
de 9.000 años, ya que su clima no permitía ni la agricultura ni el pastoreo. Los
pueblos indígenas de esta región padecieron también graves enfermedades
llevadas por los europeos y en la actualidad quedan muy pocos supervivientes.
Bibliografía. Enciclopedia Encarta
2.009